Semana Santa de Cartagena Paso a Paso

DOMINGO RESURRECCIÓN

PROCESIÓN DE NUESTRO PADRE JESÚS RESUCITADO

Las intensas jornadas anteriores nos pueden llevar a demorarnos en la mañana del Domingo de Resurrección, pero si no es así puede ser un placer desayunar un buen chocolate con churros en la calle Campos, viendo la Procesión de Nuestro Padre Jesús Resucitado en los primeros pasos de su recorrido.


Esta procesión no se limita a las imágenes de (1) Cristo Resucitado y la Virgen del Amor Hermoso, sino que incorpora toda una narración pascual a través de diez tronos que recorren las calles de Cartagena desde Santa María de Gracia, desde donde salen bajo el volteo de campanas, a lo largo de toda la mañana y primeras horas de la tarde. Lo deseable, lo normal, lo habitual es que luzca el sol mediterráneo, circunstancia que, unida al carácter alegre del cortejo, encaminará nuestros pasos hacia el final del recorrido, hacia las calles (2) Mayor, Cañón o Aire, donde siempre será recomendable reservar el lado de sombra y donde es frecuente disfrutar de la celebración dando cuenta del aperitivo. Procesión de la Resurrección donde los capirotes siguen guardando la uniformidad característica cartagenera.

(2) PÚBLICO EN LA ESQUINA MAYOR-CAÑÓN

Claro que los hachotes de luz han evolucionado hacia elaboradas (3) piezas de orfebrería o varas con gallardetes bordados. Y También los más pequeños participan en esta procesión, como nazarenos blancos e incluso como (4) pequeños capirotes celestes del tercio del Santo Ángel de la Cruz Triunfante.

(1) CRISTO RESUCITADO

(3) HACHOTE

(4) CAPIROTES SANTO ÁNGEL

Pero hasta el final la Semana Santa cartagenera reserva algunos de los momentos de mayor intensidad emotiva. Muy esperada es la subida, al final del recorrido, de la empinada cuesta de la calle del Cañón por los portapasos que llevan a la (5) Virgen del Amor Hermoso cobijada del sol levantino bajo palio

(5) VIRGEN DEL AMOR HERMOSO

Y al llegar la Virgen a la iglesia sale a su encuentro el Cristo de la Resurrección.

Pero es el pueblo, una vez más, quien pone fin a la procesión de la Resurrección y a toda la Semana Santa, con el canto siempre multitudinario de la salve popular cartagenera.

Pasados los capirotes, quedan a los cartageneros los días luminosos y las tardes más largas para disfrutar de la tradicional mona de Pascua, mientras comentan las procesiones pasadas y se preparan para un nuevo año de Pasión