Semana Santa de Cartagena Paso a Paso

DÓNDE Y CÓMO VERLAS

DÓNDE Y CÓMO VER LAS PROCESIONES

Antes de las procesiones es recomendable acudir a contemplar los preparativos en la (*) iglesia de Santa María de Gracia  en las horas previas a cada cortejo. Todas las procesiones –salvo excepciones que se detallan en su apartado correspondiente- tienen su salida y recogida en este templo de la calle del Aire. Aquí podremos admirar con más detenimiento cada uno de los detalles de los distintos tronos, contemplar el complicado trabajo de los artistas florales mientras proceden a (foto 2) vestir el trono de flor, asistir al vestido y engalanamiento de determinadas imágenes o al montaje de los distintos estandartes y otras insignias que han de formar el conjunto único de la procesión.

(1) Interior del templo

(2) Vistiendo el trono de flor

(*) La iglesia de Santa María de Gracia, verdadero corazón de las procesiones cartageneras, fue construida en el siglo XVIII, aunque presenta inacabada su fachada. Seriamente dañada durante la guerra civil, el aspecto actual de sus tres grandes naves y presbiterio se debe a la reforma en lenguaje neobarroco realizada por el arquitecto Lorenzo Ros en 1943. No obstante, conserva una serie de interesantes capillas, además de albergar en su altar mayor a la Virgen del Rosell, antigua patrona de la ciudad, flanqueada por las esculturas barrocas de los (foto 3) Cuatro Santos de Cartagena , obra de Francisco Salzillo.

(3) Virgen del Rosell y los Cuatro Santos

La mayor parte del (foto 4) itinerario  que siguen las procesiones está cubierto con sillas, por lo que le será fácil localizar el recorrido. En cualquier caso, salvo modificaciones que añaden o restan alguna, todas las procesiones suelen recorrer, partiendo de la iglesia de Santa María de Gracia, las calles Aire, Cañón, Mayor, plaza de San Sebastián, Puerta de Murcia, Santa Florentina, Parque, Plaza López Pinto, Serreta, Caridad, plaza Risueño, Duque, plaza de San Ginés, San Francisco, Campos, Jara y de nuevo Aire para recogerse en Santa María. Las procesiones vespertinas o matinales (Domingo de RamosSábado Santo y Domingo de Resurrección) siguen también ese itinerario, con ligeras variantes, pero en sentido inverso.

(4) Recorrido habitual de las procesiones

Para las procesiones más largas - Miércoles SantoViernes Santo noche y Domingo de Resurrección – es recomendable reservar con antelación las sillas si se quiere asegurar un punto concreto del recorrido para verlas. A tal efecto encontrará puntos de venta de sillas junto a la puerta de Santa María de Gracia, en la plaza de San Sebastián, frente a Capitanía, y en la plazuela del Icue, ante la casa Pedreño. Otra posibilidad, de genuino sabor cartagenero, es ver las procesiones sentado en un velador de café de la (foto 5) calle Mayor. En cualquier caso, tenga en cuenta que nunca se debe cruzar por en medio de la procesión.


Pero las posibilidades de contemplar las procesiones de Cartagena no se acaban en una silla. La peculiar manera de entender el cortejo procesional ofrece impresionantes perspectivas especialmente atractivas desde algunos puntos elevados, como la Cuesta de la Baronesa, o los típicos miradores que adquieren gran parte de su sentido en Semana Santa. El paso cadencioso de los tercios de capirotes hace que sea especialmente interesante poder contemplar venir un tercio desde lejos, o igualmente verlo alejarse ofreciendo el rítmico movimiento de sus capas. Algunos puntos del recorrido ofrecen especiales facilidades para contemplar estas perspectivas en movimiento, como es el caso de la empinada (foto 6) calle del Cañón en sus confluencias con las calles Aire y Mayor. Las calles estrechas y con más recovecos acentúan el efecto de aparición divina que caracteriza a los majestuosos tronos, que se anuncian con un progresivo resplandor al doblar las esquinas.

(5) Calle Mayor

(6) Calle del Cañón

Como ha quedado explicado, las procesiones de Cartagena presentan una especial complicación “técnica” en la manera de desfilar sus penitentes. Aunque todos los tercios siguen a rajatabla las normas de orden y paso, algunos se destacan cada año por cierto aire especial que saben imprimir a su desfile y que, a menudo, sólo es apreciable para los cartageneros y aún entre éstos para los más entendidos en la materia. No ha de extrañar por tanto que el público premie con aplausos tanto el esfuerzo de unos (foto 7) portapasos que llevan sobre sí la pesada carga de un trono de esta envergadura como el que de repente toda una calle se venga abajo en aplausos al contemplar el paso especialmente airoso de un tercio de penitentes. Los procesionistas más recalcitrantes de uno y otro bando se apostan en determinados puntos del trayecto especialmente complicados para observar cómo solucionan el trance los rivales marrajos o californios. Entre esos puntos delicados para la técnica procesionildestaca un rincón de la (foto 8) calle Jara , hacia el final del recorrido, un lugar esquinado conocido por el nombre de la popular taberna allí ubicada, donde no será difícil adquirir rápidamente conocimientos avanzados de teoría y práctica procesionistas.

(7) Portapasos

(8) Calle Jara

Todas las procesiones ofrecen infinidad de momentos únicos, pero quizás se deba destacar algunos por su especial singularidad. Entre éstos encontramos la salida del trono de San Pedro desde el Arsenal en la noche del Martes Santo, o la imagen de Jesús Nazareno saliendo desde la orilla del mar, en la Pescadería, la madrugada del Viernes Santo para dirigirse al  (9) Encuentro  con la Virgen Dolorosa. Estas y otras ocasiones son especialmente proclives para la participación del público, momentos especialmente sentidos en los que pueden confluir la salva de aplausos, el tronar de los tambores, los sones de la marcha procesional o el quejido de una saeta abriéndose paso entre el bullicio del público; sensaciones que dejarán en nosotros el recuerdo indeleble de unas procesiones únicas. Y siempre, siempre impresionante el canto multitudinario de la salve popular a la recogida de las imágenes de la Virgen. 

(9) El Encuentro