Moisés Ruiz (Cartagena, 1953) es imaginero a la manera en que lo son los grandes escultores: crea imágenes de Semana Santa sin reducirse a ser un fotógrafo semanasantero, sino que es simplemente fotógrafo, aplicando a sus trabajos sobre las procesiones las mismas inquietudes – que son muchas -  sobre la imagen, sobre su poder, su naturaleza estética, e incluso orgánica, que aplica al resto de su obra. Moisés se encuentra en un permanente estado de experimentación con la creación fotográfica, lo que le ha llevado a jugar con el collage de corta y pega  -antes de las posibilidades que ofrece la fotografía digital- creando mundos formato principitodesaintexupéry, machacando polaroides hasta exprimir sus posibilidades expresionistas, o dando rienda suelta a su fetichismo en visiones cromosquedásicas.


Estas inquietudes le han llevado a convertirse en permanente referente de la fotografía de Semana Santa en Cartagena, a la que viene ofreciendo sus trabajos en diferentes formatos: carteles, postales, ilustración y maquetación de publicaciones, exposiciones, reportajes, guías turísticas, fotografía de prensa… El fotógrafo no se limita a captar la imagen, proyectada bajo su personal punto de vista, sino que pretende siempre la interacción con ella, ya sea por parte del espectador en general como del mismo creador, llegando a participar como figurante en algunas de sus imágenes fotográficas, tanto de manera física como virtual. En su obra se muestra, desde luego, toda la monumentalidad de las perspectivas cartageneras de capirotes, o la belleza serena de su importante imaginería. Pero, junto a estos aspectos más convencionales en cuanto a su demanda, que no en cuanto a los resultados, ha volcado sobre la Semana Santa sus investigaciones sobre la generación y el valor de la imagen fotográfica. Bastaría recordar su cartel para la Semana Santa de 1986 y que aún hoy día continúa siendo el más revolucionario – y, sin embargo, de tremendo éxito popular – en el que construyó el rostro del Titular de los Marrajos, Nuestro Padre Jesús Nazareno, mediante recortes fotográficos que recogían toda la imaginería de la Cofradía Marraja y los Titulares de las otras cofradías, así como diferentes aspectos de Cartagena en Semana Santa, y todo ello sin los importantes auxilios que posteriormente ofrecería la fotografía digital. La nueva versión de aquel trabajo de artesanal corta y pega viene representada por sus más recientes experimentaciones con la fotografía concreta, la imagen construida a partir de ella misma. La mirada del fotógrafo nos muestra también la Semana Santa reflejada en el rostro del espectador, al igual que la obra de arte se explica en gran parte por la reacción que provoca en quien la contempla. O el valor del fragmento, que una mirada siempre intencionada, como la de Moisés, nos descubre trasladada de lo secundario casi oculto al primer plano protagonista y, a veces, inquietante.


José Francisco López Martínez

GALERÍAS

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CARTELES

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